Por supuesto, cuando no había polémica oficial sobre el agua, se toleraron muchos aprovechamientos del recurso bajo la norma del que más chifle, capador.
Nosotros en un momento queríamos hacer un movimiento, queríamos invitar gente porque sentíamos que había algo latente, que superara la polémica entre figurativos y abstractos.
El epíteto de la anti-política, en conclusión, es un cómodo estribillo para la polémica, utilizado a la ligera cuando ya no quedan otras armas para zaherir al adversario.