Mucha facundia, mucha palabra entusiasta y fogosa, mucho floreo; un aspecto superficial de confusión ingenua candorosa; pero en el fondo la línea recta y segura.
Cuando aludo a esa parte humana no pretendo presentar de manera candorosa un conflicto cuya prioridad inmediata era la aniquilación y desmoralización del antagonista.