Además, la presión alta aumenta considerablemente el riesgo de infarto de miocardio y multiplica hasta tres veces la posibilidad de tener un angina de pecho.
Lo más usual es sentirnos así después de las comidas, entonces nuestra concentración se ve afectada y nuestras capacidades intelectuales merman considerablemente.
Sucediendo así que, una pequeña perturbación inicial, mediante un proceso de amplificación, podrá generar un efecto considerablemente grande a mediano o corto plazo de tiempo.