El cuadro clínico se inicia tras un periodo prodrómico de 1 a 7 días de duración caracterizado por fiebre, malestar general, molestias oculares y faríngeas.
Estas válvulas faríngeas juegan un rol esencial en la deglución normal, puesto que ellas protegen las vías respiratorias y propulsan la comida al esófago.