Las letras, en cambio, si habían sufrido alguna transformación, los giros porteños más indescifrables sustituidos por equivalentes fonéticos más inteligibles para un oído madrileño.
La tradición más poderosa de la filosofía ha privilegiado siempre, directamente o no, la intuición, la relación inmediata (sensible o inteligible) con la cosa misma.