Muchas pueden ser las diferencias y los malestares acumulados durante estas últimas tres décadas de odio manirroto; pero nada, absolutamente nada, hubiera justificado semejante barbarie.
Futuras generaciones de murcianos deberán lo que no está escrito por esta política de grandes fastos de los cuatro manirrotos que tiraban el dinero como si no hubiera un mañana.