Para que los muleros resistan un viaje de 12 ó 15 horas en avión, los traficantes les dan un medicamento que retarda los movimientos digestivos y que actúa como tranquilizante.
Los contornos se difuminan y ya no importan en realidad los referentes (geografía, cultura e ideología), sólo interesa el hombre común, los sin rostro ni nombre: muleros, cantineros, mineros.