Solo es cuestión de abandonar el rincón en el que nos hemos ovillado sumidos en la desesperanza, comprender que la única salida está tras las rejas y descorrer el cerrojo.
Pensad en todas esas personas solitarias, tímidas, ovilladas en su soledad, con todo el amor intacto todavía, mientras tú sigues perdiendo el tiempo rastrillando empatía en el desierto.